«Lo que un niño puede hacer hoy con ayuda, será capaz de hacerlo por sí mismo mañana». L. Vygotsky
¿Cómo sé que mi hijo necesita ayuda?
¿Tu peque tiene dificultades y no sabes cómo puedes ayudarle?
No te preocupes más, ¡estás en el sitio adecuado!
¿En qué te puedo ayudar?
Inteligencia emocional
Habilidades sociales
Problemas o trastornos de conducta
Trastorno del espectro autista (TEA)
Trastorno de atención y/o hiperactividad (TDAH)
Ansiedad
Depresión
Frustración
Autoestima
Funciones ejecutivas (Atención, memoria…)
Problemas sueño
Enuresis o encopresis (control de esfínteres)
Fobias o miedos específicos
¿Cuál es mi método de trabajo?
- Primera entrevista con los padres.
- Exploración y evaluación con el menor.
- Devolución de resultados a los padres y propuesta de tratamiento.
- Sesiones de intervención con el menor.
- Puntualmente, sesiones de información e intervención familiar para trabajar aspectos de parentalidad, adquisición de herramientas y fortalecimiento del sistema familiar.
- Prevención de recaídas y fin del tratamiento.
Sobre mí
Soy Irene Ruiz, Psicóloga General Sanitaria especializada en Terapia para Niños y Adolescentes y experta en autismo.

Contacto
Para pedir cita o cualquier consulta póngase en contacto conmigo a través de:
Un psicólogo infanto-juvenil se especializa en la evaluación, diagnóstico, tratamiento y prevención de problemas emocionales, conductuales y de desarrollo en niños y adolescentes. Su objetivo es ayudar a los jóvenes a superar dificultades y mejorar su bienestar psicológico, social y emocional. Esto puede incluir trastornos del desarrollo, problemas de comportamiento, dificultades en el aprendizaje, trastornos del estado de ánimo, ansiedad, problemas familiares, entre otros. El psicólogo infanto-juvenil trabaja tanto con los niños y adolescentes como con sus familias, proporcionando orientación, apoyo y herramientas para abordar las dificultades y promover un desarrollo saludable.
Es importante considerar la posibilidad de acudir a un psicólogo cuando te encuentres experimentando dificultades emocionales, comportamentales o relacionales que afecten tu calidad de vida y bienestar. Algunas señales de que podría ser beneficioso buscar ayuda de un psicólogo incluyen:
- Cambios significativos en el estado de ánimo, como tristeza persistente, irritabilidad o ansiedad.
- Dificultades para concentrarse o prestar atención, lo que puede afectar el rendimiento académico.
- Problemas de comportamiento en casa, en la escuela o con amigos, como agresividad, rebeldía o aislamiento.
- Alteraciones en los patrones de sueño o alimentación.
- Quejas frecuentes de dolores de cabeza o de estómago sin causa médica aparente.
- Experimentar miedo o preocupaciones excesivas sobre eventos futuros.
- Dificultades para adaptarse a cambios importantes en la vida, como mudanzas, divorcios o pérdidas.
- Bajo rendimiento escolar a pesar del esfuerzo.
- Problemas de relación con compañeros o dificultades para hacer amigos.
- Comportamientos repetitivos o obsesivos que interfieren con el funcionamiento diario.
En resumen, si sientes que estás luchando por manejar tus emociones, pensamientos o situaciones de vida, un psicólogo puede proporcionarte el apoyo y las herramientas necesarias para enfrentar y superar esas dificultades. No hay un problema demasiado pequeño para buscar ayuda profesional. Es fundamental cuidar tu bienestar emocional y mental.
Los niños pueden beneficiarse de la atención psicológica en diferentes etapas de su desarrollo, y no hay una edad específica para comenzar la terapia. La decisión de llevar a un niño al psicólogo depende de las necesidades individuales del niño y de la situación particular que esté enfrentando.
En general, los niños pueden comenzar la terapia a una edad temprana si están experimentando dificultades emocionales, conductuales o de relación que afectan su bienestar y funcionamiento diario. Esto puede incluir problemas como ansiedad, depresión, dificultades en el comportamiento, problemas de aprendizaje, problemas familiares, traumas, entre otros.
Algunos niños pueden beneficiarse de la terapia incluso antes de los cinco años, mientras que otros pueden necesitar ayuda más adelante en la infancia o durante la adolescencia. Los padres y cuidadores pueden estar atentos a señales como cambios repentinos en el comportamiento, dificultades en la escuela, problemas de relación o síntomas emocionales persistentes que podrían indicar la necesidad de intervención psicológica.
En resumen, no hay una edad específica para llevar a un niño al psicólogo, pero es importante estar atento a las señales de que el niño podría beneficiarse de apoyo psicológico y buscar ayuda profesional si es necesario.
En nuestro servicio, las sesiones de psicología infantil y juvenil tienen una duración estándar de 50 minutos. Esta duración se ha establecido para permitir un tiempo adecuado para explorar y abordar las preocupaciones del niño o adolescente, así como para realizar actividades terapéuticas pertinentes. La duración de 50 minutos se ha encontrado efectiva para mantener la atención del paciente y del terapeuta, así como para permitir suficiente tiempo para la reflexión y el procesamiento emocional durante la sesión.